Su pasta es granulosa cuando está fresco, cremosa, al madurar el queso. En un principio, su sabor es suave, y se vuelve más fuerte a medida que transcurre el tiempo. Se elabora en forma de rueda.

Puede comerse como aperitivo o, como lo hacen los franceses, de postre, en tablas de queso. Va muy bien acompañado con frutas frescas,  o secas, como nueces y almendras.

Su corteza es blanca, así como también su pasta, de textura firme, pero al mismo tiempo algo flexible. Es en un principio un queso suave, y cuando madura se intensifica su carácter.

Es un queso de masa blanda, tiene una corteza delgada y lisa, de un color marrón rojizo, pasta compacta con pocos y pequeños ojos, de sabor delicado y acentuado.

Es el único queso de cáscara lavada que se produce en Argentina.

Tiene  un aroma característico,  que proviene de la corteza, y es bastante intenso. Para comer con baguette y un buen vino .

También elaboramos el petit rebleusson, de 400 gramos.

Su sabor es suave.

Su pasta es semi- dura, amarillenta, sin ojos. Su corteza es seca. De gusto lácteo, es agradablemente aromático.

Masa compacta, característica de los quesos de postre. También lo hacemos con granos de pimienta enteros y ahumados.

Envasados al vacío.

Etimológicamente, significa “raspador”, y refleja la forma en que en la Edad Media tenían los pastores de los Alpes suizos de comer el queso. Lo colocaban cerca del fuego, y el queso se derretía. Bastaba raspar la masa, para degustarlo caliente, acompañado con otros alimentos, o con pan.

Se fabrica en Francia, en las regiones de Haute Savoie y Franche -Comté.

Su corteza de color entre beige y marrón, con tonos anaranjados, delgados y húmedos. La masa es de color marfil oscuro o amarillo, con algunos ojos.

El gusto es delicado, aunque aumenta con la curación (lo ideal entre 3 y 5 meses) y llega a ser potente después de medio año. Tiene aromas intensos a leche fresca,  fruta y notas vinosas.

Su textura es firme, flexible, muy suave de tacto, cremosa, adherente, pastosa y fundente. El sabor con acento ácido, sin molestar, tonos lácticos, y ligeros amargos. Especial para fundir.

Sabor ligeramente picante.

Ideal para tablas de queso, para rallar o gratinar platos.

Ideal para picadas, por su forma cilíndricas se puede cortar en rodajas circulares  y calentarlo a la parrilla al estilo de las provoletas.

Ideal para tablas de queso. Es deliciosa la combinación con algún dulce de arándanos o frutos rojos.

Se funde muy bien al calentarlo por lo cual es un muy buen ingrediente en la elaboración de recetas con queso.

Es un queso de origen francés, de la zona montañosa del Jura. Tiene más de 45 días de estacionamiento.

Como característica destacada, el Morbier tiene una veta transversal de ceniza vegetal  en el centro, muy vistosa.

Su sabor es muy particular, y es muy atractivo a los ojos, por eso es ideal para armar una buena tabla de quesos.

En él van a verse reflejados el clima, el tipo de nuestras  vacas y su alimentación.

Es un queso semiduro, con forma octogonal. Su maduración es de 2 meses. Ideal para picadas.

La masa del queso Criollo envasado al vacío sin coteza es ideal para el corte en dados o en fetas a máquina.

Su masa es semi-blanda, de color amarillento, con pequeños agujeros dispersos.

Su sabor es picante y muy sabroso. Se intensifica a medida que avanza el tiempo de maduración.